San Juan Pablo II y el Adviento
Adviento quiere decir “venida”. Por tanto, debemos preguntarnos: ¿Quién es el que viene?, y ¿para qué viene?
Adviento quiere decir “venida”. Por tanto, debemos preguntarnos: ¿Quién es el que viene?, y ¿para qué viene?
La Santísima Virgen le pidió a Santa Catalina Labouré que hiciera una medalla de acuerdo a lo que veía en el momento de la aparición. Así lo hizo, y Dios obró muchos milagros por intermedio de ella. Pero, ¿qué indican los símbolos que aparecen en la medalla y cuál es su mensaje espiritual?
En la presentación en el Templo, a la acción de gracias, le sigue un acto de consagración, de ofrecimiento de la vida a Dios. Por eso hoy contemplamos la dedicación total de María a la voluntad de Dios.
La vida de San Carlos Borromeo destaca como un testimonio viviente de los valores fundamentales de la Iglesia: humildad, caridad, fidelidad y servicio. Su testimonio de vida ha sido esencial en la formación de una Iglesia comprometida con los valores evangélicos, inspirando reformas que perduran hasta hoy.
«Martín nos demuestra que es posible conseguir la salvación y la santidad por el camino que Cristo enseña: si ante todo amamos a Dios de todo corazón, con toda nuestra alma y con toda nuestra mente; y, en segundo lugar, si amamos a nuestro prójimo como a nosotros mismos.»
Hoy pensamos en todos nuestros seres queridos que nos esperan con el Señor. ¿Quién es el que no tiene algún difunto amado al que dirigir piadosamente la memoria? ¿Quién no debería estar agradecido a quienes lo precedieron signo fidei? Todos hemos recibido la vida: tenemos antepasados, abuelos, padres, tenemos las generaciones que han viajado y nos han señalado los caminos de la fe y la paz.
El día de todos los santos es una celebración de un valor muy especial, que nos recuerda que todos estamos llamados a vivir en santidad.
El Santo Padre solía decir: «El Rosario es mi oración predilecta. ¡Plegaria maravillosa! Maravillosa en su sencillez y en su profundidad»
La Devoción a la Virgen del Rosario fue instituida en 1571 en Europa. Por aquel entonces, los musulmanes controlaban el mar mediterráneo y se alistaban para invadir la Europa Cristiana. Los reyes católicos estaban desunidos; por lo que eran blanco fácil de los enemigos.
Para San Francisco, la Virgen María ocupaba un lugar central en su vida espiritual. Él la veía no solo como la madre de Jesús, sino también como un modelo perfecto de humildad, obediencia y entrega total a la voluntad de Dios.