La paz que Cristo nos regala

Orar en paz

«La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy como la da el mundo» (Juan 14, 27)

Una paz diferente

Cuando Jesús se aparece a sus discípulos después de resucitar, lo primero que les dice es: «Paz a vosotros». No es un simple saludo, como cuando nosotros decimos «¡Hola!» al encontrarnos con alguien. Es mucho más profundo que eso.

La paz que Jesús nos ofrece es completamente distinta a lo que el mundo considera «paz». El mundo nos dice que tendremos paz cuando tengamos dinero suficiente, cuando no haya problemas en casa, cuando todo salga como queremos. Pero esa paz es frágil, se rompe fácilmente.

La paz de Cristo es diferente. Es una paz que permanece incluso cuando las cosas van mal, cuando estamos preocupados o cuando enfrentamos dificultades. Es una paz que nace de saber que Dios está con nosotros, que nos ama sin condiciones y que nunca nos abandona.

Las heridas que sanan

Algo hermoso sucede cuando Jesús se encuentra con sus discípulos: les muestra sus heridas. Las marcas de los clavos en sus manos y la herida de su costado siguen ahí, incluso después de resucitar. ¿Por qué?

Estas heridas nos enseñan algo extraordinario. Jesús no borró su sufrimiento como si nunca hubiera pasado. Al contrario, esas marcas se convirtieron en señales de amor, en prueba de que su sacrificio fue real y que vale la pena.

Lo mismo puede pasar con nosotros. Nuestras heridas, nuestros dolores, nuestras dificultades no tienen que ser algo de lo que podamos avergonzarnos. Cuando las ponemos en las manos de Jesús, cuando las vivimos unidos a él, pueden convertirse en fuente de esperanza para otros. El Papa Benedicto XVI dijo en una audiencia, «la tristeza y las llagas mismas se convierten en fuente de alegría».

De la tristeza a la alegría

Los discípulos pasaron de estar tristes y asustados a llenarse de alegría. ¿Qué cambió? Vieron al Señor. Se dieron cuenta de que Jesús estaba vivo, de que todo su sufrimiento había tenido sentido, de que la muerte no había ganado la batalla.

Esta misma transformación puede suceder en nuestras vidas. Cuando en los momentos difíciles recordamos que Jesús está con nosotros, cuando lo buscamos en la oración, cuando confiamos en su amor, algo cambia en nuestro corazón. La tristeza no desaparece mágicamente, pero sí se transforma. Encontramos esperanza en medio de la dificultad.

Una paz para compartir

Jesús no les da la paz a los discípulos solo para que se queden tranquilos en casa. Les dice dos veces «Paz a vosotros» porque quiere que entiendan que esa paz es un regalo que deben compartir con todo el mundo.

Como cristianos, nosotros también hemos recibido esta paz. Y como los discípulos, estamos llamados a llevarla a todas partes: a nuestra familia, a nuestro trabajo, a nuestro barrio, a las personas que encontramos cada día.

¿Cómo compartimos esta paz? Con una sonrisa genuina, con palabras de aliento, perdonando cuando alguien nos lastima, ayudando al que lo necesita, siendo pacientes con los demás. Pequeños gestos que reflejan la gran paz que hemos recibido.

Una invitación personal

Jesús nos dice hoy, como a sus primeros discípulos: «Que no se turbe vuestro corazón ni se acobarde». Es una invitación a confiar, a no dejarnos vencer por el miedo o la ansiedad.

Esta paz no es algo que tengamos que conquistar o merecer. Es un regalo gratuito del amor de Dios. Solo tenemos que abrir nuestro corazón para recibirla y permitir que transforme nuestra vida.

En los momentos de dificultad, recordemos estas palabras. Cuando nos sintamos solos o asustados, busquemos a Jesús en la oración. Él sigue diciéndonos: «Paz a vosotros. No tengan miedo. Yo estoy con ustedes».

La paz de Cristo es real, es para hoy, es para todos. Es una paz que no se basa en las circunstancias externas, sino en el amor inquebrantable de Dios. Una paz que, una vez recibida, está llamada a convertirse en luz para otros.

«La alegría que nace en su corazón deriva de ver al Señor». Que también nosotros podamos experimentar esa alegría y compartirla con todos los que encontremos en nuestro camino.


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