La Madre de las Américas: Nuestra Señora de Guadalupe
En medio de la desunión, el prejuicio, y la opresión, la única manera de alcanzar la unión es a través del Hijo de María. Nuestra Señora de Guadalupe nos da la esperanza de esta unión.
En medio de la desunión, el prejuicio, y la opresión, la única manera de alcanzar la unión es a través del Hijo de María. Nuestra Señora de Guadalupe nos da la esperanza de esta unión.
San Juan Diego nos muestra que, no importa cuán pequeños o insignificantes podamos sentirnos, Dios puede hacer cosas grandes a través de nosotros.
El dogma de la Inmaculada Concepción -una enseñanza revelada por Dios a la Iglesia- quiere decir que la Virgen se formó y nació sin pecado original.
Extracto: San Ambrosio era muy devoto de la Madre de Dios, reconociendo que la Llena de Gracia era la creatura por excelencia; se mantuvo siempre unido a la Iglesia y fiel al Vicario de Cristo y reconocía en la naturaleza la belleza pura de la creación, mucho antes de que el tema de la ecología estuviera de moda.
San Nicolás de Bari no solo es un ejemplo de generosidad, sino también un testimonio viviente de cómo el amor y la fe pueden transformar vidas y dejar una huella imborrable en la historia de la humanidad.
San Francisco Javier llegó a los confines del mundo llevando la Buena Nueva de Dios. Hoy en día muchos misioneros viajan a lugares recónditos para seguir predicando.
El tiempo de Adviento comprende las cuatro semanas previas a la Navidad. El Adviento es el tiempo ideal para arrepentirnos de nuestras faltas y prepararnos con esperanza para la llegada del Señor.
Adviento quiere decir “venida”. Por tanto, debemos preguntarnos: ¿Quién es el que viene?, y ¿para qué viene?
La Santísima Virgen le pidió a Santa Catalina Labouré que hiciera una medalla de acuerdo a lo que veía en el momento de la aparición. Así lo hizo, y Dios obró muchos milagros por intermedio de ella. Pero, ¿qué indican los símbolos que aparecen en la medalla y cuál es su mensaje espiritual?
En la presentación en el Templo, a la acción de gracias, le sigue un acto de consagración, de ofrecimiento de la vida a Dios. Por eso hoy contemplamos la dedicación total de María a la voluntad de Dios.