
San Felipe Neri fue un santo muy especial. Vivió en Roma hace más de 400 años, pero su forma de vivir la fe sigue siendo actual y nos enseña que ser santo no es cosa de superhéroes, sino de personas normales que aman a Dios con alegría. Este santo italiano nos dejó seis hábitos sencillos que podemos practicar todos los días para acercarnos más a Jesús.
1. Vivir con alegría cristiana
San Felipe Neri siempre decía: «La tristeza es enemiga de la devoción». Él entendía que cuando tenemos a Jesús en el corazón, esa alegría debe notarse en nuestro rostro y en nuestra forma de tratar a los demás.
¿Cómo practicarlo hoy?
- Cuando vayas al trabajo o a la escuela, lleva una sonrisa sincera. No se trata de fingir, sino de recordar que Dios te ama y eso es motivo de alegría.
- Si alguien te pregunta por qué estás tan contento, puedes decirle: «Porque sé que Dios me ama y está conmigo».
- Cuando las cosas se pongan difíciles, respira profundo y recuerda que Jesús también tuvo momentos duros, pero nunca perdió la paz.
Imagínate lo que sucedería si en tu familia, en tu trabajo o en tu clase todos notaran que hay algo diferente en ti. No por ser perfecto, sino por esa paz y alegría que solo viene de Dios.
2. Orar sin complicaciones
San Felipe no era de esos que se quedaban horas y horas en la iglesia (aunque también lo hacía). Él hablaba con Dios como quien habla con su mejor amigo: con confianza, sencillez y a todas horas.
¿Cómo practicarlo hoy?
- Por la mañana, antes de revisar el celular, di: «Buenos días, Jesús. Este día es tuyo».
- Mientras manejas, cocinas o caminas, eleva pequeñas oraciones: «Gracias, Padre», «Ayúdame, Señor», «Te amo, Jesús».
- Por la noche, antes de dormir, habla con Dios sobre tu día como si se lo contaras a un amigo.
No necesitas palabras rebuscadas ni posturas especiales. Dios prefiere un corazón sincero que muchas palabras bonitas pero vacías.
3. Ser sencillo y humilde
San Felipe huía de los honores. Cuando le querían dar cargos importantes, él prefería quedarse con los jóvenes y la gente sencilla. No le gustaba llamar la atención ni presumir sus virtudes.
¿Cómo practicarlo hoy?
- Cuando hagas algo bueno, no lo andes contando a todo el mundo. Que sea entre tú y Dios.
- Si cometes un error, reconócelo sin drama. Pide perdón y sigue adelante.
- No te compares con otros. Cada uno tiene su camino y sus dones.
- Cuando alguien te felicite, di «gracias» y recuerda que todo lo bueno que tienes viene de Dios.
Piensa en esa persona que conoces que es muy buena pero no se la pasa diciéndolo. Esa naturalidad y sencillez es lo que buscamos.
4. Ser amigo de verdad
San Felipe tenía un don especial para hacer amigos. No porque fuera simpático nada más, sino porque realmente se interesaba por las personas. Escuchaba, aconsejaba, acompañaba y, sobre todo, amaba de corazón.
¿Cómo practicarlo hoy?
- Cuando alguien te esté contando algo, pon el celular a un lado y escucha de verdad.
- Pregúntale a tus compañeros, vecinos o familiares cómo están, y espera la respuesta real.
- Si ves que alguien está triste o preocupado, acércate. A veces una palabra de aliento vale más que mil sermones.
- Comparte tu fe con el ejemplo más que con las palabras. Que vean en ti algo diferente y bueno.
El mundo está lleno de gente sola. Tu amistad sincera puede ser el abrazo de Dios que alguien necesita.
5. Tener paciencia contigo mismo
San Felipe era muy comprensivo con las debilidades humanas. Sabía que todos nos equivocamos y que el camino hacia la santidad no es una carrera de velocidad, sino de resistencia.
¿Cómo practicarlo hoy?
- Cuando falles en algo, no te desesperes. Levántate, pide perdón a Dios y vuelve a intentarlo.
- No te compares con otros cristianos que parecen más «santos» que tú. Cada uno tiene su ritmo.
- Celebra los pequeños avances. Si ayer dijiste una mentira y hoy dijiste la verdad, ¡eso es progreso!
- Recuerda que Dios no te ama por lo que haces, sino por quien eres: su hijo querido.
Así como un papá no se enoja cuando su bebé se cae al aprender a caminar, Dios sonríe cuando nos ve intentar ser mejores, aunque a veces tropecemos.
6. Ser creativo en el amor
San Felipe fue muy innovador en su tiempo. Inventó formas nuevas de enseñar la fe, usaba música, organizaba paseos, hacía que la religión fuera atractiva y cercana, especialmente para los jóvenes.
¿Cómo practicarlo hoy?
- Usa la tecnología para bien: comparte versículos bíblicos en tus redes, manda mensajes de aliento, escucha música cristiana.
- Encuentra maneras originales de ayudar: lleva comida a un vecino anciano, organiza una limpieza en tu barrio, regala sonrisas a desconocidos.
- Adapta tu forma de hablar de Dios según con quién estés. Con los niños usa cuentos, con los jóvenes trata de usar sus propios códigos, con los adultos funcionan mejor los ejemplos de la vida real.
- Piensa cómo hacer que tu familia o comunidad se sienta más unida y feliz.
Dios nos dio imaginación y talentos. Usémoslos para extender su Reino de maneras nuevas y hermosas.
Un santo para nuestro tiempo
San Felipe Neri nos enseña que la santidad no está en hacer cosas extraordinarias, sino en hacer las cosas ordinarias con amor extraordinario. No es indispensable irte a un convento ni hacer milagros espectaculares. Necesitas vivir donde estás, con quien estás, siendo sal y luz en tu propia realidad.
Estos seis hábitos son como semillas. Si las plantas en tu corazón y las riegas con oración y buena voluntad, verás cómo tu vida cristiana florece de manera natural y hermosa. Y lo mejor de todo es que tu alegría, tu sencillez y tu amor genuino serán contagiosos. Sin darte cuenta, estarás siendo instrumento de Dios para que otros también se acerquen a Él.
Un plan semanal con San Felipe Neri
Aquí tienes una propuesta sencilla para vivir estos hábitos en tu semana:
Día | Hábito |
---|---|
Lunes | Comienza la semana con una oración breve: “Señor, hazme instrumento de tu alegría.” |
Martes | Reza una decena del Rosario mientras caminas o esperas algo. |
Miércoles | Haz una obra de caridad: llama a alguien, ayuda a un vecino, escucha sin apuro. |
Jueves | Visita el Santísimo o haz una oración de adoración en casa. |
Viernes | Examen de conciencia y, si puedes, confesión. Si no, prepara tu alma. |
Sábado | Haz algo humilde: sirve en silencio, acepta una corrección, ríete de ti mismo. |
Domingo | Vive la Misa con amor. Agradece la semana vivida y confíate a María. |
Como decía San Felipe: «Señor, desconfío de mí, pero confío en ti«. Con esta actitud humilde pero confiada, podemos caminar hacia la santidad paso a paso, día a día, con la alegría de saber que no caminamos solos.
Oración a San Felipe Neri
San Felipe Neri, maestro de la alegría cristiana, enséñanos a vivir nuestra fe con la sencillez y el gozo que tú tuviste. Ayúdanos a ser amigos verdaderos, pacientes con nosotros mismos y creativos en el amor. Que como tú, podamos contagiar a otros la alegría de conocer a Jesús. Amén.