Tercer Domingo de Adviento: Caminemos alegres

Tercer domingo de Adviento

Continuamos avanzando en familia nuestra preparación para el nacimiento de Jesús este tercer domingo de Adviento.

Vivir en alegría y gozo

El tercer domingo de Adviento es llamado “domingo de gaudete”, o de la alegría, pues al inicio de la Misa escuchamos un mensaje de ánimo: “Gaudete”, es decir, regocíjense.

En esta fecha es común que en la celebración Eucarística se emplee la vestimenta de color rosa, como signo de gozo, y la Iglesia invita a los fieles a alegrarse porque ya está cerca el Señor. En la Corona de Adviento se enciende la tercera llama, la vela rosada.

Símbolo para hoy: la vela rosa

Sólo en dos fechas al año se emplea el color rosa en la celebración eucarística: en el cuarto domingo de Cuaresma (de lautare) y en el tercer domingo de Adviento (de gaudete). En ambas ocasiones representa lo mismo: la gozosa esperanza de aquello que aún no vemos, pero que confiamos en que pronto vendrá: la llegada del Salvador. Al contemplar hoy la vela rosa de nuestra corona de Adviento, y las otras velas encendidas, dejemos que su luz llene nuestros hogares de alegría, gozo y paz.

Personaje para meditar: el Espíritu Santo

Juan el Bautista reconoció que, si bien él bautizaba con agua, para el perdón de los pecados, detrás de él vendría alguien que bautizaría con fuego. Este fuego, que es el Espíritu de Dios, es en primera instancia la vida (sólo cuando Dios insufla su Espíritu es que el hombre comienza a vivir), pero también es la sabiduría, la inspiración, la valentía, el conocimiento, y, por supuesto, la alegría de quien, lleno de amor y dejando de lado todo temor, puede vivir con la plena confianza en Dios, con la sencillez de quien disfruta de lo que Dios le ha dado y lo comparte con una sonrisa con quienes le rodean.

Recemos pidiendo la virtud de la Alegría

Reunir a la familia en un espacio silencioso en torno a la Corona de Adviento, si la tuviera, o alrededor de una vela. Encender tres velas de la corona (de ser posible una de ellas de color rosa), esperar unos segundos y hacer la siguiente oración.

Dios y padre bueno,
Nos reunimos hoy en familia, en el silencio de nuestro hogar, para pedirte que nos ayudes a prepararnos para el nacimiento de tu Hijo Jesús en nuestros corazones.
En este día te pedimos que acrecientes en nosotros la virtud de la alegría.
Que, a pesar de la tristeza y el dolor de la vida terrenal, podamos encontrar alegría en la Buena Nueva del Salvador que ha venido a liberarnos del pecado y el mal.
Que, llenos de esa alegría, podamos contagiar gozo y esperanza a quienes aún viven sumidos en las tinieblas de la desesperación, la tristeza y el rencor.
Que la alegría sea en nuestros hogares motivo de unidad, reconciliación y gratitud por las bendiciones que Dios nos ha concedido.
También queremos presentarte nuestras peticiones.

[Se puede pedir por intenciones particulares de salud, trabajo y otras necesidades]

Gracias Señor por escuchar siempre nuestras oraciones. Gracias por estar siempre cerca de nosotros.

Se reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria.

Amén.

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