Hoy celebramos el I Domingo de Adviento. No sólo inauguramos el tiempo del Adviento, que nos prepara para la Natividad de Jesús; también es el inicio de un nuevo año litúrgico en la Iglesia.

Actitud de conversión
La actitud propuesta para este I Domingo de Adviento es la conversión. Conversión es, en pocas palabras, abrazar la voluntad del Señor, buscando amarlo cada día más, y decidir renunciar a todo aquello que nos aparta de Dios.
El arca y las olas
En el Evangelio de hoy, Jesús habla de los tiempos de Noé, cuando ocurrió el gran diluvio. «Antes del diluvio, la gente comía, bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca. Y cuando menos lo esperaban, sobrevino el diluvio y se llevó a todos» (Mt 24, 37-44). ¿Puede sucedernos lo mismo? No sabemos si podría ocurrir un diluvio igual al del libro del Génesis, pero sí puede suceder que, irónicamente, seamos arrastrados por el mismo diluvio de esta temporada: los compromisos, las fiestas, las compras, los regalos. ¿Dejaremos que todo esto nos sobrecoja, nos distraiga y nos ciegue de lo más importante de este tiempo?
Celebrando en familia
Procuremos comenzar este tiempo de Adviento reunidos en familia alrededor de la presencia de Jesús. Asistamos a la Eucaristía, busquemos el sacramento de la Reconciliación, pidámonos perdón mutuamente, celebremos juntos el encendido de la primera vela de la Corona de Adviento. ¿No tienes una corona de Adviento en casa? En este vídeo te enseñamos cómo elaborarla.
