
El segundo domingo de Adviento nos recuerda que es un tiempo para prepararnos para la llegada de Jesús. Este domingo nos invita a reflexionar sobre la importancia de convertirnos y hacer cambios en nuestras vidas.
Escuchar la Voz de Dios
Durante este tiempo, se nos anima a escuchar la voz de Dios. El Evangelio de hoy nos habla de Juan el Bautista, quien preparó el camino para Jesús. Él nos enseña que debemos estar atentos a lo que Dios nos dice y seguir su guía. Esto significa que podemos dedicar tiempo a orar, leer la Biblia y prestar atención a lo que Dios quiere que hagamos en nuestras vidas. Al hacerlo, podemos sentirnos más cerca de Él.
Ser sinceros y humildes
El Evangelio menciona también que algunos fariseos y saduceos de la época fueron a escuchar a Juan el Bautista, quien les dirigió duras palabras a causa de su hipocresía. En este aspecto, el Papa Francisco reflexionaba: «¿No somos también nosotros, a veces, un poco como aquellos fariseos? El Adviento es un tiempo de gracia para quitarnos nuestras máscaras —cada uno de nosotros tiene una— y ponernos a la fila con los humildes; para liberarnos de la presunción de creernos autosuficientes, para ir a confesar nuestros pecados, esos escondidos, y acoger el perdón de Dios, para pedir perdón a quien hemos ofendido».
Actos de Bondad
Para poner en práctica el mensaje del segundo domingo de Adviento hoy, podemos hacer actos de bondad hacia los demás. Esto puede ser tan simple como ayudar a un amigo, compartir con alguien que lo necesita o ser amable en casa y en la escuela. También podemos participar en actividades de caridad, como donar alimentos o juguetes. Al hacer estas cosas, estamos mostrando el amor de Dios a los demás y preparándonos para celebrar la llegada de Jesús en Navidad.
