5 Frases de San Ambrosio

San Ambrosio

Padre y doctor de la Iglesia Católica. Junto con San Jerónimo y San Agustín, conforma el grupo de Padres de la Iglesia de la “edad de oro” de la patrística. Fue funcionario del Imperio romano, gobernador de Liguria y Emilia y arzobispo de Milán. Recibió el bautismo, la ordenación y la consagración en 374 y se dedicó al estudio de la teología y de las humanidades. Sus obras tienen un carácter pastoral. Creó nuevas formas litúrgicas, promovió el culto a las reliquias en Occidente y convirtió y bautizó a San Agustín.

Su legado a la Iglesia es muy importante. Entre ello tenemos algunas frases que enriquecen nuestra vida espiritual y demuestran que no solo se ocupaba del bienestar espiritual del pueblo de Dios, sino también de su bienestar integral.

El alma de María es el espejo fiel donde se reflejan, con toda su hermosura, las más sublimes virtudes

Como todo santo, era muy devoto de la Madre de Dios, reconociendo que la “llena de gracia” era la creatura por excelencia. Más allá de la belleza física se encuentra la belleza espiritual, fruto de haber sido elegida desde antes de su concepción para ser la Madre del Salvador.

Donde se encuentra Pedro ahí está la Iglesia

Como obispo de Milán, se mantuvo siempre unido a la Iglesia y fiel al Vicario de Cristo. Reconoció en el Papa al sucesor de Pedro, cabeza de la Iglesia, a quien nos debemos mantener unidos para preservar la unidad de la Iglesia,

La naturaleza es la mejor maestra de la verdad

Mucho antes de que el tema de la ecología estuviera tan de moda, San Ambrosio reconocía en la naturaleza la belleza pura de la creación. “Y vio Dios que era bueno (…). Todo lo ha hecho bien”. La naturaleza, salida de las manos de Dios, nos muestra honestamente el rostro amable de Dios, que pone todo al servicio de sus hijos.

Dios golpea sin cesar las puertas de nuestro corazón. Siempre está deseoso de entrar. Si no entra, la culpa es nuestra

Como dice en Apocalipsis “Yo estoy a la puerta y llamo (…)”. Dios viene al encuentro del hombre, envió a su propio Hijo para mostrarles su amor incondicional, su misericordia, como un enamorado que lo da todo por su amada. Si con todos esos detalles, nosotros no lo dejamos entrar en nuestras vidas, no podemos reclamarle nada.

Toda verdad, la diga quien la diga, viene del Espíritu Santo

Dios es amor, es verdad, y como tal, su Espíritu la infunde en quienes se abren a su inspiración y se dejan mover por Él. Por eso, todo lo que se diga o haga, fiel a la verdad pura, viene del Espíritu de Dios, no importa si es alguien de Iglesia o no. La verdad es siempre la verdad, y la verdad viene de Dios.

¿Habías leído antes estas frases? ¿Qué otras frases conoces que pudieran haber sido dichas por San Ambrosio?

Fuente  San Ambrosio, obispo y doctor

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